Ya es tarde para tardar.
Tarde para retrasarse,
para terminar la tarde,
para tardar en marcharse.
Fue temprano la llegada,
muy pronto para quedarse.
Y entre remedio y remedio
se vino a estar hasta hartase.
Ahora toca echar el cierre,
echar el alma y cerrarse.
Cerrar la boca y los ojos.
Con cerrojos encerrarse.
Y si al tiempo damos tiempo
para acabar de curarse
terminaremos volviendo
a empezar en otra parte.
A mí siempre me pusieron nervioso el tiempo y los relojes, nunca supe llegar a tiempo, siempre se me escapó todo lo que me hacía feliz antes de tiempo, o era tarde para hacer nada…
Algún día tendré que hacer algo con estas diatribas que me asaltan 🙂
Me gustaMe gusta