Anoche tuve una revelación.
A la luz de los hechos comprobables,
predigo que el futuro irremediable
será que se me pare el corazón.
Que la parca me tenga compasión
y no me arregle una cita modesta.
Espero comitiva y una orquesta
a la hora de apearme del vagón.
No intentaré ninguna rebelión
y me iré calladita de su mano.
Ya en vida siempre fui muy obediente.
Y si puedo elegir que sea en verano
que es cuando mi caduco corazón
gracias al sol está más sonriente.