Olvido
tus ojos grandes adormilados,
el tacto suave
de las palmas de tus manos,
las sabanas oliendo
a ti.
El sabor
a curry
de los sábados.
Desaparece
tu ropa de la cuerda,
tus fotos de la casa,
tu voz
de las mañanas,
tu peso
de mi cama
por las noches.
Quiero arrancarte de mí
a dentelladas
porque decidí arrancarte
de mí
y ya no debería darte un sitio.
Pero es tan doloroso…