El silencio
sacudiendo la tarde.
La ausencia de palabras
parece un terremoto
en mis paredes.
Oscuridad sonora que retumba.
Se agrieta el continente.
Se vierte el contenido.
Burbujea
al ritmo silencioso del seísmo.
La quietud y la ausencia,
crecientes remolinos,
atraen hacia su centro
las certezas,
que giran como hojas.
Pequeños seres muertos
flotan en un océano vacío,
olvidando
que alguna vez
latieron.
No escucho sus reclamos a lo lejos.
No percibo el aliento acompasado.
No sé.
No estoy.
No está.
“Long Beach earthquake, 1933” by CIR Online is licensed under CC BY 2.0
Me encanta. Gracias por tus poemas, por compartir…
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Muchísimas gracias!!
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