Cuando se nos oxidan los recuerdos
envueltos en silencio
y papel de regalo,
se deshace el amor
en minúsculas penas de colores.
Y los espejos dejan de abrazarnos.
Se desfigura el rostro que nos ronda
como un extraño hurgando en la memoria.
La distorsión se hospeda
clandestina
en el cuerpo.
Vive de polizón algunos meses
dejando sus señales:
la piel que rememora
la caricia amputada
de unas manos fantasma;
la boca en el desierto
fermentando la ausencia;
el vientre hambriento
con afilados los dientes…
Cuando se nos oxidan los recuerdos
el corazón gotea
inagotable
hasta llorarlo todo.
Dolorido se enroca en retirada.
Al tiempo volverá
preparado para la vida nueva.
Creará nuevos recuerdos
de una función inédita
con flamantes actores invitados.
Pero guardará siempre aquella esquina
isquémica
apenas grande como una pestaña.
Cicatriz de ese amor arrinconado
que al final se olvidó
como si nada.
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“Broken Heart” by David Goehring is licensed under CC BY 2.0