Se me olvidó mi vida
o la confundo
con una pajarera de colores
donde seguramente volara desbocada
como las demás aves
tras las rejas de hierro.
.
A veces la recuerdo fugazmente
cuando toco las manos de mi hijo;
cuando su piel templada me retorna
a la espalda apacible del bebé
que ya no será nunca.
.
Se me olvidaron años
a pesar de las fotos de familia.
Y miro aquellos ojos cargados de distancia,
y miro aquella ropa y recupero
un destello bordado en hilo blanco
sobre la gasa azul de mi vestido.
Doy vueltas y aletea
la puntilla infantil
del borde de la falda.
.
Se me olvidó mi vida, si regresa
es solo un parpadeo deslumbrado
que me descubre ciega de presente.
.
Y sé que sigue el agua su camino
porque escucho de pronto
una voz que me canta
al intentar dormirme.
Y me caigo otra vez en la reguera
del molino agostado.
.
Olvidé tantas cosas.
Las rodillas
tachonadas de costras relucientes.
Aquel beso encogido que iniciaba el futuro.
La pared amarilla de mi primer hogar.
Se me olvidó mi vida.
.
He de recuperarla
para saber de quien son estas manos.
He de recuperarla antes de que sea tarde
y la vejez me nuble
y mi frente contenga un castillo de espejos;
antes de retirarme al último cobijo
detrás de una mirada cristalina,
remota,
para llevar conmigo todo aquello que soy
y no vagar a oscuras
en la líquida ausencia.
.
“Memory-of-strings©FlorentAceto02” by Club Photo Lyon2is licensed under CC BY 2.0