Arde Atenas y nace
una ciudad de nubes amarillas
más alta que la Acrópolis.
.
El fascismo proclama que asaltará
de nuevo nuestro vientre
y atrinchera orgulloso
su ponzoña de huesos.
.
Caras con anestesia
quieren hipnotizarnos
con esa letanía encorbatada
de la España de los madrugadores.
Y hay tantos que no duermen…
.
Una copa de vino sobre la mesa baja.
Su cristal empañado de rocío
refleja las noticias
tan grises como siempre en este mes de julio,
No-Do
dorado al sol
del siglo nuevo.
.
Mientras,
tejo con lana azul
otro jersey para dejar a medias,
sin mangas,
desahuciado.
Y me templo
con el verdejo frío,
de la ardiente avidez de imaginarte
como una nube hinchada y amarilla
que sobre el Partenón
derramará la lluvia.
.
Y nada me sofoca.
Y nada me sosiega.
Fuente: REUTERS/Alkis Konstantinidis